Discapacidad Intelectual


¿Qué es?

La discapacidad intelectual (DI) es un funcionamiento intelectual situado significativamente por debajo del promedio, que está presente desde el nacimiento o la primera infancia y que causa limitaciones para llevar a cabo las actividades normales de la vida diaria.
Se caracteriza por limitaciones significativas tanto en funcionamiento intelectual, como en conducta adaptativa.


Se ven afectadas las habilidades sociales y prácticas, es decir, las habilidades de la vida diaria que se necesitan para vivir, trabajar y jugar en la comunidad: la comunicación, las habilidades sociales e interpersonales, el autocuidado, la vida doméstica, el autocontrol, las habilidades académicas básicas (lectura, escritura y matemáticas básicas), el trabajo, el ocio, la salud y la seguridad. Se considera que existe una limitación en las capacidades adaptativas si existe un déficit en al menos dos de estas áreas en comparación con los niños de la misma edad y la cultura.


Hay que destacar que la discapacidad intelectual se expresa cuando una persona con limitaciones significativas interactúa con el entorno, dependiendo así tanto de la propia persona como de las barreras u obstáculos que presenta dicho entorno. Según éste sea más o menos facilitador, la discapacidad se expresará de manera diferente. Así, la discapacidad intelectual de un individuo no es una entidad fija e imposible de cambiar. Va siendo modificada por el crecimiento y desarrollo biológico del individuo y por la disponibilidad y calidad de los apoyos que recibe, en una interacción constante y permanente entre el sujeto y su ambiente.



Las habilidades adaptativas se pueden clasificar en varias áreas

Área conceptual: competencia en la memoria, la lectura, la escritura y las matemáticas
Área social: conciencia de los pensamientos de los demás y de sus sentimientos, habilidades interpersonales y sentido de la realidad social
Área práctica: cuidado personal, organización de tareas (para el trabajo o la escuela), administración del dinero, y salud y seguridad


¿Cuáles son las causas?

La discapacidad intelectual puede tener su origen en una amplia variedad de circunstancias médicas y ambientales. Algunas son genéticas. Algunas están presentes antes o en el momento de la concepción, y otras se producen durante el embarazo, durante el parto o después del nacimiento.

Algunas causas que pueden ocurrir antes de la concepción o durante ésta incluyen:



Algunas causas que pueden producirse durante el nacimiento son:


Algunas causas que pueden producirse después del nacimiento son:





¿Cómo se manifiesta?

  • Algunos niños con discapacidad intelectual presentan anomalías evidentes al nacer o poco después. Dichas anomalías pueden ser físicas o neurológicas, e incluyen características faciales inhabituales, tamaño de la cabeza muy grande o muy pequeño, malformaciones en las manos o en los pies y otras anomalías diversas.
  • A veces estos niños tienen un aspecto normal, pero presentan otros signos de enfermedad grave, como convulsiones, letargo, vómitos, olor anómalo de la orina y trastornos en la alimentación y en el crecimiento normal.
  • Durante su primer año de vida, muchos niños con discapacidad intelectual más grave tienen un desarrollo motor tardío y son lentos para rodar sobre sí mismos, sentarse y levantarse.



  • Sin embargo, la mayoría de los niños con discapacidad intelectual (DI) no presentan síntomas perceptibles hasta el periodo preescolar. Los síntomas se manifiestan a edad temprana en los más gravemente afectados.
  • Los niños con discapacidad intelectual son lentos para usar palabras, unir palabras y hablar con frases completas.
  • Su desarrollo social es a veces lento debido al deterioro cognitivo y a las deficiencias del lenguaje.
  • Los niños con discapacidad intelectual pueden ser lentos para aprender a vestirse y a alimentarse por sí mismos.
  • Algunos padres no consideran la posibilidad de una deficiencia cognitiva hasta que el niño está en la escuela o en un centro preescolar y se demuestra una incapacidad para mantener las expectativas normales para su edad.
  • Los niños con discapacidad intelectual son más propensos que otros a tener problemas de comportamiento, como crisis explosivas, rabietas y comportamiento físicamente agresivo o autolesivo. Estas conductas se relacionan frecuentemente con situaciones frustrantes específicas, desencadenadas por la incapacidad de comunicarse y de controlar los impulsos.
  • Los niños mayores, que suelen ser ingenuos y crédulos para su edad, son fácilmente víctimas de otros que se aprovechan de ellos o se dejan llevar a comportamientos y conductas improcedentes.
#Sabías qué
Entre el 20 y el 35% de las personas con deficiencia intelectual (DI) también presentan trastornos de la salud mental (diagnóstico dual). Son frecuentes sobre todo la ansiedad y la depresión, especialmente en los niños que son conscientes de ser distintos de sus compañeros o que son calumniados y maltratados debido a su discapacidad.




¿Qué debilidades o dificultades presenta?

  • Su desarrollo comunicativo suele ser más lento, pero si es posible conseguirlo, es necesaria la ayuda de las personas que lo rodean y por supuesto es fundamental estimular a la persona desde pequeña para practicar y conseguir los resultados.
  • La persona con discapacidad intelectual puede tener problemas para adaptarse socialmente, ya que puede encontrar diferencias con los demás o en algunos casos puede verse rechazado.
  • Las personas con deficiencias se encuentran encerradas en una burbuja de la que mucha gente no quiere que salgan por miedo a que no se puedan desenvolver de forma adecuada con el resto de la sociedad. 
  • Las personas con discapacidad tienen déficit en habilidades sociales que se pueden referir al retraimiento social o la sumisión, y a la agresión social.


Respecto a la dinámica general pueden presentar:

  • Torpeza y debilidad motora, deficiente coordinación motora e inestabilidad motriz.
  • Una motricidad fina caracterizada por una inadecuada coordinación manual, débil prensión y escaso control segmentario.
  • Los movimientos de las piernas se caracterizan por la hipotonía y la falta de coordinación.


Presentan problemas en la metacognición, es decir en la capacidad de autorregular el propio aprendizaje y de planificar las estrategias de actuación en cada situación:
  • Tienen alterados los procesos de control cognitivo.
  • Manifiestan problemas muy evidentes en la generalización de los aprendizajes que adquieren.

Como consecuencia de todo ello, van a tener dificultades permanentes en su proceso de aprendizaje, presentando, además:

  • Percepción borrosa y superficial. (dificultad para mantener la atención mucho tiempo).
  • Recopilación de información imprecisa, dificultades para planificar la conducta. Dificultades en la orientación espacio-temporal (carencia de sistemas de referencia estables).
  • Ausencia de la permanencia del objeto.
  • Son capaces de aprender los fonemas, aunque lo hacen más lentamente que los compañeros de su misma edad y con problemas de articulación que en muchos casos no llegan a superar del todo.
  • Tienen un vocabulario reducido, concreto y muy ligado al contexto en el que se encuentran.
  • Su evolución presenta un desfase general con respecto a su grupo de referencia. Los niños con D. I. emiten enunciados incompletos, utilizan oraciones simples y normalmente con un valor demostrativo.
  • Tendencia a evitar los fracasos, baja tolerancia de la frustración.
  • Tendencia a guiarse por directrices externas para saber lo que tienen que hacer y para solucionar los problemas que se les plantean.
  • Frecuentes sentimientos de frustración, hiperactividad, vulnerabilidad al estrés, con reacciones de ansiedad y pobre concepto de sí mismos.
  • Reducida capacidad de autocontrol y de aplazamiento del refuerzo o gratificación.
  • La socialización está afectada por sus problemas de comunicación y de autorregulación del comportamiento.
Véase el siguiente vídeo:




¿Qué sugerencias pedagógicas son necesarias?

  • El trabajo con un niño con discapacidad intelectual tiene que basarse en un adecuado conocimiento de su persona: su carácter, sus esquemas de comunicación y el entorno familiar y social en el que se desenvuelve. Este proceso de conocimiento no es sencillo y requiere tiempo.
  • Cuando se ha implantado en el alumno el interés por la relación y el entorno, es decir cuando manifiesta una actitud activa ante lo que le rodea, tenemos que ser conscientes de que su comunicación va a utilizar distintos cauces que debemos saber interpretar.
  • Los mensajes que transmiten tienen un contenido muy semejante a los del resto de los alumnos: necesidad de atención, de reconocimiento, deseo de aprender, cansancio, aburrimiento, celos de los demás al comprobar que son más eficaces, deseo de manipular, rechazo.
  • Pero su lenguaje va a utilizar distintos códigos además del lingüístico como la actitud postural, el comportamiento, la pasividad y muchas veces el conflicto y la obcecación. Es aquí donde necesitan ser interpretados y comprendidos por sus profesores. No siempre son conscientes racionalmente de todo lo que les pasa, de todo lo que quieren y lo que evitan.
Véase el siguiente vídeo:


  • La experiencia demuestra, que las expectativas de la familia y de los profesionales de la reeducación y la terapia inciden positiva o negativamente en esta descripción que te acabamos de hacer.
  • Por lo tanto, la actitud con la que te sitúes ante tus alumnos, las expectativas que albergues y la cercanía y el cariño que pongas en tu tarea educadora van a ser determinantes en su evolución y sus progresos.
  • La discapacidad intelectual provoca que, en muchas situaciones, los alumnos no puedan o no sepan expresar sus necesidades, su malestar, sus propuestas, lo que conduce muchas veces a la aparición de conductas inadecuadas. Para abordar estas conductas es conveniente realizar un análisis funcional para averiguar qué quiere decir el niño mediante su mal comportamiento.


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